Fátima cruzó la frontera sur en mayo de 2021, cuando el gobierno decidió, como medida política en respuesta al deterioro de sus relaciones diplomáticas con el gobierno Estado español, abrir sus fronteras. Miles de personas cruzaron a Ceuta y Melilla durante las horas en las que los puestos fronterizos permanecieron abiertos. Fátima entró por la playa del Tarajal en Ceuta, escapando de una situación de violencia con su pareja. “Temía por mi vida y sobre todo sentía que no tenía otra alternativa que marcharme porque allí nadie nos protege de situaciones así”.
Salió de Marruecos, pero se quedó encerrada en Ceuta y, aún así, Fátima ya se sentía libre. “Yo vivía en una ciudad muy cercana a la frontera. No había mucha distancia entre él y yo el tiempo que estuve en Ceuta, pero estar al otro lado de la valla ya me daba cierta seguridad”, recuerda, aunque su objetivo seguía siendo poner más tierra de por medio para que no pudiera encontrarla. “Muchos viajaba a un lugar concreto o querían reencontrarse con familiares o amigos, pero ese no era mi caso, yo viajé completamente sola y no sabía a dónde quería ir mientras fuese lejos de él”, relata.
Pasaron seis meses hasta que logró cruzar el estrecho y llegar a la península. “Al final pude coger un barco a Algeciras y después un bus hasta Euskadi”, explica. Nunca antes había estado en el País Vasco, pero decidió que ese iba a ser su destino por lo que le contaron algunas de las personas con las que estuvo durante esos meses en Ceuta. “Pregunté muchísimo a dónde podía ir, que zona era buena para que alguien como yo comenzase de nuevo y fueron muchas las personas que me recomendaron venir a Euskadi”.
Tras dos meses viviendo en el centro de Larraña Etxea en Oñati, Fátima dice sentirse cómoda: “Es un lugar seguro y da mucha tranquilidad saber que aquí mi vida no está en peligro”. Ahora ocupa su tiempo en mejorar su manejo del idioma y por ello asiste a clases de español, aunque en un futuro le gustaría poder llegar a ser enfermera. “Aquí nos enseñan y nos apoyan en todo lo que necesitamos y sé que cuando mi nivel de idioma sea un poco mejor encontraré el modo de estudiar un curso de atención sociosanitaria”.