Dos defensoras de derechos humanos de Colombia y El Salvador participan en esta nueva convocatoria del Programa Vasco de Protección Temporal a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos. El objetivo de este programa es proteger a personas defensoras que vean amenazada su vida o integridad física por la actividad que desarrollan en sus países de origen en defensa de la vida y la justicia social. Con este fin son acogidas en Euskadi por un periodo de seis meses.  Se trata de Yisela Rivera Castro, defensora de derechos humanos, étnicos y territoriales e integrante de la Asociación de Consejos Comunitarios Del Norte del Cauca (ACONC) en Colombia; y de Guadalupe Hernández, activista de la Colectiva Las Incómodas Feminista de El Salvador.

El programa Defensoras está liderado por la Dirección de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad del Gobierno Vasco, cuenta con el apoyo de eLankidetza-Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo, y lo gestiona Zehar-Errefuxiatuekin; también participan Alboan y Asamblea de Cooperación Por la Paz (ACPP), como grupo de acompañamiento en Euskadi. Se trata de dos organizaciones que acreditan una amplia trayectoria de trabajo en los territorios de los que provienen las defensoras.

Durante su estancia en Euskadi, ambas tienen prevista una agenda política, con encuentros con diferentes instituciones públicas y organizaciones sociales a fin de ampliar y fortalecer sus redes internacionales de apoyo. Estas redes actúan, en la práctica, como un paraguas de protección que contribuye a generar un retorno en mayores condiciones de seguridad y la continuación de su trabajo en defensa de los derechos humanos.  El periodo de acogida en Euskadi les permite también descansar y cuidarse atendiendo a los impactos de la violencia política, con el fin de fortalecerse física y emocionalmente.

Desde 2011, un total de 36 personas procedentes de diferentes países han sido acogidas en este programa.

ACONC

Es una organización étnica territorial de segundo nivel que agrupa 43 consejos comunitarios de personas afrodescendientes del Norte del Cauca, incluido el Consejo Comunitario Barranco Río Güengüe: un espacio en el que toda la comunidad se une para proteger la vida, el territorio y salvaguardar los usos y costumbres de la misma.

ACONC realiza trabajo territorial y de protección a los derechos humanos en diferentes municipios y se rige bajo las condiciones establecidas en la Ley 70 de 1993, el Decreto 1745 de 1995, el Convenio 169 de la OIT y el derecho propio según las practicas ancestrales de las comunidades Negras en los territorios.

Yisela Rivera Castro es vicepresidenta del Consejo Comunitario Barranco Río Güengüe, consejera de Mujeres de ACONC, y participa en el Comité por la Defensa del Agua, la Vida y el Territorio, así como en la Consultiva Departamental y la Mesa de Víctimas Municipal. También lidera iniciativas propias para las comunidades negras, las cuales han permitido generar un desarrollo real y efectivo para las comunidades, dando cumplimiento a su Plan de Buen Vivir:

  • Fortaleciendo el ejercicio de gobierno propio y los derechos fundamentales orientados a la disminución de la pobreza, la lucha contra la discriminación y la exclusión.
  • Fortaleciendo la resistencia en el territorio ancestral.
  • Atendiendo a las comunidades afro en condición de desplazamiento, confinamiento y constreñimiento.
  • Velando por la integridad física, emocional, psicológica, espiritual, cultural, étnica y colectiva de las mujeres del Norte del Cauca.
  • Promoviendo la protección de la vida y el territorio.

Colectiva Las Incómodas Feminista

Es un espacio para la discusión, provocación e incomodidad de mujeres, artistas y comunicadoras. Generan espacios para diálogos intergeneracionales pendientes entre feministas. Además, articulan acciones artísticas de protesta ante la violencia machista de El Salvador.

El accionar de Guadalupe se centra en la incidencia y el acompañamiento a sobrevivientes de violencia sexual, a las madres que exigen justicia por la violencia feminicida. La negación del acceso a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres salvadoreñas es una forma de violencia que afecta especialmente aquellas en condición de vulnerabilidad. El aborto es una lucha de diversas expresiones del movimiento feminista en el país, donde está penalizado en cualquier tipo de caso y/o circunstancia.

Guadalupe cuenta con una amplia trayectoria activista con el arte como herramienta para la transformación social, desarrollando apuestas artísticas en espacios públicos a través de festivales, performances y circuitos interactivos para la visibilidad de la violencia contra las mujeres en el país. Como consecuencia directa de su activismo fue criminalizada y judicializada.