Cuando Redija Subasic se despidió de su marido, en Sarajevo, con sus dos hijos de 8 y 11 años de la mano y el corazón encogido por si no lo volvía a ver, él vestía una camiseta roja y unas chancletas. Han pasado 23 años, pero esta bosnia, que fue acogida en Markina, lo describe como si fuera ayer. “Nos despedimos. Se quedó sin llorar para que los niños no se emocionaran. Fue muy duro, mucho. Una pesadilla”. Recuerda “un silencio intenso” desde el mismo día en que los serbios ocuparon la ciudad. Redija corrió a por provisiones. “Compré 200 kilos de harina, alubias, sal, azúcar… Como para cuatro meses, más nada”, detalla. Pero aquello iba a peor. Un día, los aviones serbios volaron tan bajo que se rompieron los cristales de los pisos; otro, lanzaron dos bombas… “Murió un hombre en su casa viendo la tele; cuando vi aquello, dije: nos vamos”.
http://www.deia.com/2015/09/13/bizkaia/vivia-todos-los-dias-con-miedo