El centro de acogida Zuloaga Txiki, gestionado por Zehar Errefuxiatuekin en Tolosa, reabrirá sus puertas este verano como recurso de acogida temporal para jóvenes migrantes. El espacio, que funcionó como centro de acogida entre 2019 y 2025, ha estado cerrado de manera temporal para realizar tareas de mantenimiento, limpieza en profundidad y adecuación del espacio con el objetivo de garantizar las condiciones de habitabilidad y bienestar necesarias para las personas acogidas.
Durante estos meses, los equipos de Zehar Errefuxiatuekin no han dejado de trabajar. La reapertura del centro responde a la situación de vulnerabilidad extrema que atraviesan actualmente decenas de personas migrantes que permanecen en calle en Donostia y otros puntos del territorio vasco, a la espera de una plaza en el sistema estatal de acogida, actualmente saturado.
Se prevé acoger a una treintena de personas en Zuloaga Txiki, priorizando aquellos perfiles que no han podido acceder a otros recursos institucionales y ofreciendo una respuesta humanitaria a corto plazo.
Javier Canivell, director de Zehar Errefuxiatuekin, destaca que “esta decisión se toma ante una necesidad evidente de respuesta humanitaria, en un momento en que muchas personas están quedando fuera del sistema de atención por falta de recursos o por vacíos administrativos. Zuloaga Txiki no es una solución estructural, pero sí un paso necesario para garantizar un espacio digno y seguro mientras se regulariza su situación”.
Por su parte, Leire González, responsable de los centros, señala que “hemos reactivado el equipo técnico para ofrecer una acogida integral que incluya acompañamiento jurídico, social y psicosocial. Queremos que este espacio sea más que un lugar donde dormir; sea también un punto de apoyo en un momento vitalmente difícil”.
El recurso es gestionado por el equipo de Zehar Errefuxiatuekin, que también coordina el funcionamiento del centro Larraña Etxea en Oñati. Ambos centros cuentan con el apoyo de Gobierno Vasco y la colaboración de agentes locales.
Zuloaga Txiki se convierte así nuevamente en un espacio de acogida y tránsito para personas refugiadas y migrantes, reafirmando el compromiso de Zehar Errefuxiatuekin con los derechos humanos y con la construcción de una sociedad más solidaria e inclusiva.