3. Prácticas de cuidado y relación con la persona usuaria

Un enfoque interseccional, se promueve la centralidad del cuidado y la horizontalidad en la relación entre profesionales y personas usuarias, reconociendo que estas interacciones están atravesadas por relaciones de poder vinculadas a identidades y posiciones sociales diversas. Esto implica preguntarse cómo crear espacios seguros, respetuosos y participativos, donde las personas atendidas conserven su agencia y se sientan reconocidas en la complejidad de sus experiencias, marcadas por la intersección de factores como el género, la raza, la clase, la edad, la discapacidad o la orientación sexual. La intervención, desde esta mirada, busca no solo acompañar, sino también transformar las condiciones que reproducen desigualdades.

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