Mientras en el Viejo Continente nuestras conciencias dormían tranquilas, y nuestras ambiciones seguían agitadas pensando en cómo resolver los problemas materiales provocados por la reciente crisis, 700 personas perdían la vida ahogando sus miedos y sueños en uno de los cementerios más grandes del mundo, el Mediterráneo.

Se trata de la peor tragedia migratoria de la historia reciente del Mediterráneo, superando a la sucedida en Lampedusa en octubre de 2013, donde casi 400 personas perdieron la vida en las puertas de Europa avergonzando a toda la comunidad internacional y poniendo en evidencia el fracaso de las políticas migratorias europeas.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/04/20/5533ee81e2704e34678b456e.html